sábado, 19 de noviembre de 2011

Simply the best

Me gasté no sé cuántas monedas en una cabina para saber qué tal estabas. (Lo jodido es que colgué en el primer tono y se quedaron todas dentro). No pensaba hacerlo, hasta que de repente comenzó a sonar en un chiringuito "Simply the best". Entonces recordé tu perfil derecho y me sentí de nuevo copiloto.

Las ventanillas bajadas, el sol, el aire, mi pelo y el tuyo y todo eso. Lo cierto es que me gustaba verte conducir y recuerdo perfectamente la primera vez que me subí a tu coche. Íbamos cinco más (Marta escondida como pudo) y no nos conocíamos. Ibas casi por mitad de la carretera y a una velocidad fuera de lo normal. Pasé miedo. Pero al mismo tiempo no podía dejar de psicoanalizarte. Te prestabas a ello. Tenías un gesto tan serio… y después me dijeron que conducías así siempre que te sentías mal.

Luego esa misma noche te me lanzaste.

Y pasé automáticamente a ser tu copiloto y descubrí tu lado feliz. Aquellas emisoras provincianas en las que de vez en cuando sonaba algún ‘hit’. Subíamos la música y te partías cantando "Simply the best".

Sólo espero que hayas encontrado copiloto mejor que yo, que sepa interpretar los mapas y que no te vea una última vez, con una lágrima asomando por el borde de tus gafas de sol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario